Con esta sencilla técnica puedes darle un toque distinto a una gran variedad de objetos, desde espejos, masetas, paredes, etc.
Esta técnica se comenzó a utilizar en la Edad del Bronce y aún hoy tiene vigencia.
Para realizar esta manualidad primero elige el soporte o elemento que será decorado con el mosaico, luego debemos conseguir teselas, pueden ser de vidrio, gresite, azulejo o mármol; además debes contar con cola, cemento blanco y un a esponja o un trozo de esparto.
Lo ideal para los principiantes es comprar las piezas ya preparadas, con la forma definida ya que el trabajo de cortar azulejo o vidrio requiere de cierta experiencia en el área y resulta bastante dificultoso.
A continuación realizaremos el modelo del mosaico en un papel y una vez definido lo pasaremos a la superficie donde finalmente se hará el mosaico.
Luego aplicamos cola y comenzamos a pegar las piecitas.
Una vez completado el dibujo es conveniente dar una mano de cemento blanco, retirando el sobrante con una esponja, limpiando bien los trozos cerámicos.