Por su originalidad, este singular portalápices cubierto de corchos, se ve tan bien en el escritorio de los niños como en la oficina del papá. Una idea fácil de ejecutar por manos pequeñas.
Materiales:
un tarro grande de conserva vacÃo con los bordes martillados para que no corten,
varios corchos,
témpera,
pegamento,
cuchillo cartonero,
pintura acrÃlica con relieve
Paso a paso:
Con el cuchillo cartonero se corta el corcho en trozos de 7 mm de alto, y sobre una de las caras de cada una de estas circunferencias se hace un diseño distinto: puntos, cruces, cÃrculos, rayas o cualquier creación propia. Hay que ser generoso con la cantidad de pintura para lograr buen relieve. Dejar secar por dos horas.
Pintar el tarro con témpera del mismo color escogido para los corchos, en este caso verde limón, y esperar que seque bien.
Luego, con el adhesivo se van pegando los cÃrculos decorados, uno a uno, tratando de dejar el mÃnimo espacio entre ellos. No tocar hasta que estén bien firmes.
Los menores de 12 años deben pedirle a un adulto que corte los corchos y martille el tarro, todo el resto lo pueden hacer por cuenta propia.