muñeco decorativo

   Materiales:

    Tres huevos.
    60 centímetros de estambre café.
    Pegamento blanco.
    Marcador negro.
    Marcador rojo.
    1 taza de yeso en polvo.
    Agua.
    Barniz.
    Pincel.
    Cuchilla con punta fina y filosa.
    Vela.
    Papel aluminio.

   Procedimiento:

   Con la cuchilla se hace un hoyo en cada extremo de cada huevo con mucho cuidado. Luego, se sopla en uno de los agujeros para vaciar los huevos de la yema y la clara por el otro lado. Luego, se le introduce agua y se agita para limpiar los huevos por dentro, todo esto con el cuidado de que las cáscaras no se rompan.

   Se apartan las cáscaras para que se sequen. Mientras tanto, puedes cocinar los huevos para que no se despercicien. Cuando las cáscaras se hayan secado, se cierra uno de los agujeros con la cera de una vela encendida. Cuando la cera haya endurecido, se mezcla el yeso con agua para que quede bastante líquido. Luego, se envuelve cada huevo en papel de alumino dejando el agujero que se ha bloqueado a la vista y con mucho cuidado y por capas, se introduce un poco de la mezcla del yeso, sin llenar las cáscaras por completo. Para hacerlo, utiliza una hoja de papel doblada como cono para que el yeso no se derrame.

Seguidamente, se cierran los otros extremos con cera. Se desenvuelven los huevos.

   A continuación con el marcador negro se les dibujan los ojitos y con el rojo se dibujan las boquitas. Se barnizan, se ponen a secar. Mientras tanto, se corta el estambre en tiritas de tres centímetros y se atan en tres grupitos por el centro con otra tira.

   Por último, cuando el barniz se haya secado, se adhiere el estambre para que forme el pelo de los muñequitos.

   Gracias al peso del yeso seco, los muñequitos se mantendrán de pie, y no habrá forma de tumbarlos, por eso se llaman porfiados y pueden utilizarse como graciosos prensapapeles.