Pintura de Vicente Van Gogh: Campesina junto al fuego 1885

afinidad de Van Gngh con los campesinos y su modus vívendi se pone de manifiesto


La afinidad de Van Gngh con los campesinos y su modus vívendi se pone de manifiesto una vez más en esta pintura. Es un tema de inspiración al que el artista volvió reiteradamente en creaciones posteriores. Esta obra en concreto muestra a una mujer preparando la cena, un tema similar al de Los comedores de pototas, que data del mismo año. La modesta silla de paja que se distingue a la izquierda se asemeja a la que el artista representó tres años después en la pintura sobre su habitación en la Casa Amarilla de Arles. Este detalle permite suponer que Van Gogh sentía un apego muy íntimo y cercano por esta clase social. El arnsta se refería a las personas de esa condición como «uno de los míos».

Sin embargo, a pesar de su fuerte empatía, Van Gogh no pretendía ser un campesino. Ambicionaba emprender una carrera exitosa como artista, de modo que a partir de aquel mismo año empezó a enviar sus pinturas a Theo, en París, para que se encargara de mostrarlas a diversos marchantes de arte, con la esperanza de que las compraran por elevadas sumas de dinero. Pero la óltima parte de este planteamiento nunca funcionó.

Theo era un comerciante de arte orientado hacia las ganancias y deseaba vender las pinturas de su hermano. La dificultad consistía en encontrar compradores, un problema que se entiende si se tienen en cuenta los estilos vigentes a finales del siglo XIX en la capital francesa. Las escenas rurales de Van Gogh, excesivamente oscuras, no podían competir con las últimas tendencias: las coloridas y livianas pinturas impresionistas.